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Reportajes

Museo del Renacimiento: realidades poliédricas

Flagel·lació de Crist, Anònim (1585). MNAC
Museo del Renacimiento: realidades poliédricas

De un tiempo a esta parte parece que el mundo de los Museos está viviendo una reactivación destacable. Aperturas de nuevos Museos como el del Barroco en Manresa o el del Renacimiento en Molins de Rei son siempre buenas noticias y animan a pensar en una actividad cultural intensa (quizás no del todo real) que propicia (en estos dos casos) el conocimiento de momentos históricos hasta ahora medio olvidados.

Una planificación museística que descentralice la cultura, que nos da a conocer aspectos de nuestro arte situados en contextos diferentes a los habituales, que haga recorrer el país para descubrir momentos histórico-artísticos más allá de la habitual capitalidad es por fuerza un motivo de celebración. Pero la realidad es tozuda y se empeña en mostrarnos diferentes caras de lo que podría deducirse de una primera lectura de los hechos que implica abrir nuevos equipamientos.

Ante la noticia aparecen numerosas cuestiones, a menudo sin demasiada respuesta:

- ¿Están estos museos dotados de un buen equipo para sacar adelante un programa que active y posibilite un arraigo y un crecimiento en su conocimiento?

- ¿Tienen unos buenos programas de actividades para llenar de vida y de interés sus salas?

- Los ayuntamientos que los promueven tienen un verdadero interés en dar vida al equipamiento, más allá de la foto inaugural.

- ¿Existe un buen equipo de educación que permita adentrarse en los momentos históricos que representan?

-Aparte de la recuperación de los edificios patrimoniales y la exhibición en las salas ¿se tiene bien asumido que hay que trabajar de forma continuada en sus actividades y su difusión con medios y equipo?

Museo del Renacimiento: realidades poliédricas

Preguntas generales que si nos centramos en el recientemente inaugurado Museo del Renacimiento de Molins de Rei se refuerzan ante la incógnita de saber cómo se plantea la vida posterior a la inauguración. Es evidente que el Renacimiento catalán es poco conocido y está muy bien que se ponga el acento al descubrir la vida y el arte que le caracterizaron, y si esto se hace desde un municipio que no llega a los 30.000 habitantes, todo recuperando un momento destacado de su historia, nos abre a una nueva perspectiva para el conocimiento de la cultura y el territorio.

La recuperación de un elemento patrimonial como el Palacio de Requesens y el descubrimiento del peso de la familia que lo habitó son ya de por sí un primer paso interesante. Pero que no se puede quedar aquí ya pesar de ser consciente de que es necesario dar tiempo para hacer una valoración de los planteamientos y las actividades, y aún valorando muy positivamente el vínculo con la Universidad y el anuncio de un plan educativo, el hecho de que su agenda sólo consten visitas guiadas y puertas abiertas, nos abre un punto de preocupación.

Museo del Renacimiento: realidades poliédricas Plat, Andrea Negroponte (1550). DHUB

Un elemento muy destacable de la colección que se presenta es la colaboración entre Museus. El hecho de que una parte importante sea cedida por el MNAC es una buena noticia que nos habla de la política de este Museo de alimentar a otros más pequeños equipanientes y de difundir obras que en la inmensidad del Museo Nacional quedarían ocultas. También es muy buena noticia poder descubrir piezas que provienen del Museu del Disseny, sobre todo cuando la nueva política puesta en marcha por este museo se caracteriza por un cambio de nombre y por la voluntad de distanciarse de los objetivos marcados por el ICOM en especial lo que habla de interpretar y exhibir el patrimonio material e inmaterial, por eso de alguna manera recuperar aunque sean pocas piezas y poder disfrutarlas (remarcable la caja de cajones) es una brizna de esperanza por todas aquellas obras que permanecerán cerradas y olvidadas en el almacén. La colaboración de otros Museos también se hace evidente con la cesión de obras del Museo Textil de Terrassa, del Museo de Lleida, del Museo Marès y de Historia de Barcelona, de la Biblioteca del Fondo Antiguo de la Universidad de Barcelona y del Museo del Prado. Un tejido de aportaciones destacables y que debe remarcarse como un paso adelante en la creación de una red cultural que debe ir creciendo.

Museo del Renacimiento: realidades poliédricas Caixa amb calaixos, Cercle de Pere Nunyes i Enrique Fernández (1525-1550). DHUB

El hecho de recuperar la historia de una familia influyente y muy cercana al poder nos habla también cómo la historia del arte se ha centrado sólo en el conocimiento de una parte de la población y ha olvidado la realidad del resto ( seguro que muy diferente a la exhibida) y esto se hace especialmente evidente en el apartado del Museo que lleva por título «Objetos de la vida cotidiana» y nos muestra únicamente cristales delicados, cerámicas, relojes y bonitas cajas. Una situación que se repite en el apartado «Mujeres en la historia» donde se nos muestra imágenes y se nos habla de la historia de mujeres cultas de la familia Requesens, pero seguimos sin poder disfrutar de obras de mujeres artistas del renacimiento catalán y sin conocer la realidad de muchas mujeres que coexistieron con las que nos presentan en este apartado.

En resumen, una buena noticia de que el Renacimiento y el Barroco formen parte de un recorrido histórico que se expande por el territorio y que se abren nuevos museos, pero con el gran interrogante para saber si van a sufrir, como otros muchos que intentan sobrevivir, las consecuencias de falta de apoyo y tener que trabajar con medios migrados.

Como dice la inscripción de un azulejo con un lema de los Requesens «Una hora más. un año».... El tiempo pasa y muchas de las cuestiones planteadas acabarán teniendo respuesta.

Museo del Renacimiento: realidades poliédricas Santa Maria Magdalena, Mestre del Papagai (1540). MNAC

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