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Internacional

Un arte para el 'common man'

El Metropolitan Museum de Nueva York propuso una revisión de la cultura visual del decenio a partir de una amplia gama de manifestaciones artísticas en la muestra 'Art for the Millions: American Culture and Politics in the 1930s'.

Weegee. Strike Over Murder of Union Agent
Un arte para el 'common man'

La operación de lanzamiento internacional y promoción del expresionismo abstracto como “primera vanguardia americana”, imbricada en la política de Guerra Fría de Estados Unidos en la posguerra mundial, ha relegado la producción artística de la década de los 30 a una suerte de “tierra baldía” entre la emergente modernidad de los años 10 y 20 –Alfred Stieglitz y el grupo dadá neoyorquino– y el triunfo final de Nueva York –y de los artistas de su escuela– como capital mundial del arte contemporáneo en los 40.

Sin embargo, la escena artística de los años de la Gran Depresión no es sólo de una gran riqueza y variedad, sino que además está implicada en los procesos sociales y económicos de aquel período convulso de intenso activismo político y en el debate en torno a la identidad y función del arte americano. Arte para las millones: American Cultural y Políticas en 1930s, del Metropolitan Museum de Nueva York, propone una revisión de la cultura visual del decenio a partir de una amplia gama de manifestaciones, que van de la pintura, la escultura y el grabado en la fotografía y el cine, el diseño, la moda y las artes decorativas.

Un arte para el 'common man' Dox Thrash. Untitled (Strike)

El New Deal y el Federal Art Project

La década de los 30 se abre con el crack bursátil del 29, que inaugura el decenio negro de la Gran Depresión, y se cierra en 1939 con un evento no menos trágico, el inicio de la Segunda Guerra Mundial, que marcaría, no sin embargo, el comienzo de una rápida recuperación económica impulsada por la industria bélica. Éxodo rural, desempleo, miseria y hambre fueron las consecuencias de aquel “jueves negro” de 1929 en Wall Street, diez años de penuria que pusieron en cuestión las promesas de crecimiento imparable del capitalismo y el discurso del sueño americano.

Para paliar los efectos de esa grave crisis, Franklin D. Roosevelt pondría en marcha una política intervencionista y de protección social que llevó el nombre de New Deal. Este proyecto progresista se materializó en una serie de leyes y reformas destinadas al control estatal de la economía y en programas de asistencia social, como la Works Progress Administration, que buscaban emplear a parados a través de las obras públicas. Dentro de este plan, el Federal Art Project (1935-1943) se ocupó de subvencionar y ayudar a los artistas proporcionándoles encargos de escultura pública y murales para adornar edificios gubernamentales y fomentando la creación de talleres y escuelas de artesanía y diseño que produjeron grabados, carteles, fotografías, textiles y objetos decorativos.

Un arte para el 'common man' Georgia O'Keeffe. Cow's Skull: Red, White, and Blue

Un arte democrático

"El arte en América siempre ha pertenecido al pueblo y nunca ha sido propiedad de una academia o una clase." Con este discurso radiofónico Franklin D. Roosevelt inauguraba en 1939 la nueva sede del MoMA en la calle 53. Un discurso que defendía un arte democrático, al alcance del common man , y que estaba en la línea de la política del FAP y del suyo principal ideólogo, John Dewey, quien sostenía que las artes debían abandonar los museos para formar “parte viva del andar y la conversación del hombre medio”.

Este ideario se plasmó en un arte de fuerte implicación social, que permitió dar voz a creadores de colectivos marginados, como los afroamericanos Norman Wilfred Lews, Dox Thrash o Charles Wilbert White, o los indígenas Tonita Peña y Stephen Mopope; en manifestaciones públicas y urbanas, como el muralismo o la escultura, y en el desarrollo de las artes aplicadas e industriales, como el grabado (Elisabeth Odds, Riva Helfond, etc.), la fotografía (Walker Evans, Dorothea Lange y de otros que trabajaron para la Farm Security Administration), el cartelismo (Joseph Binder, C. Don Powell) y el diseño (el streamline de Norman Bel Geddes o Raymond Loewy). Toda esta producción logró su máxima expresión en la grandiosa exhibición de arquitectura, artes plásticas y escénicas, medios de comunicación, tecnología y ocio que fue la New York World's Fair de 1939, un ambicioso proyecto que mezclaba política artística, propaganda ideológica e intereses económicos y que significó al tiempo el cenit y el punto de inflexión de toda esa cultura nacida de la Depresión.

Realismo socialista vs. abstracción

Aunque el FAD dio cabida a una amplia variedad de tendencias –y muchos de los futuros expresionistas abstractos empezarían bajo su paraguas–, este arte a la medida del hombre de a pie se vehiculó habitualmente en una estética figurativa, entre el regionalismo (Thomas Hart Benton, John Steuart Curry, Grant Wood), el precisionismo (O. Louis Guglielmi, Charles Sheeler, Charles Demuth) y el realismo social (LA Graphic Art Division del FAP). Una estética que si en los años 30 se identificó como la genuina creación americana, con el inicio de la Guerra Fría pasará a ser desterrada y sustituida por una abstracción asociada ahora al liberalismo ya la democracia y convertida en insignia del arte nacional en oposición al realismo socialista, estilo oficial del bloque soviético

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