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Opinión

Emergencia en estado de precariedad

Emergencia en estado de precariedad

Enero de 1992, la ciudad de Barcelona está excitada pensando en las olimpiadas que se avecinan. En la parte baja de las Ramblas, en el Centro de Arte Santa Mónica, se prepara una de las exposiciones que serán más significativas en los próximos años en la ciudad: Arte es justo una palabra. Ideas y actitud. En torno al arte conceptual en Cataluña, 1964-1980… , comisariada por Pilar Parcerisas. Me llaman la atención el subtítulo larguísimo, con un punto en medio formando dos frases, y los tres puntos finales, como indicando uno continuará... No iba equivocada Pilar Parcerisas. Continuó. La revisión de los artistas conceptuales que metódicamente inició el MACBA en el período de Bartomeu Marí parecía seguir el listado de artistas propuesto en la contracubierta: Francesc Torres, Benet Rossell, Àngels Ribé, Joan Rabascall, Miralda...

Era virtud de la exposición, que sin apenas distancia temporal, a tan sólo entre diez y veinte años vista, hacía memoria o levantaba acta de lo que habían significado las prácticas artísticas conceptuales en Cataluña. Fue importante en términos de revisión histórica pero sobre todo en términos de construcción histórica: resulta que esto era y había sido el arte conceptual.

Si echamos la vista atrás es curioso este tono de revisión histórica teniendo en cuenta que exponía artistas en activo que iban desde los 44 años de Francesc Torres entonces hasta los 57 de Joan Rabascall. Y si lo pensamos desde el presente, equivaldría a pensar en lo que ha pasado con la generación que empezó a exponer entre hace diez y veinte años, en los dos mil. Es parte del trabajo que ha hecho David Armengol en su reciente libro sobre la emergencia en el arte catalán: Arte emergente: la cosecha y el viaje . En la presentación del libro en la Escola Massana, Antonio Ortega le preguntó que al menos que un estado transitorio, esta condición emergente era la definición de una vanguardia.

La pregunta me quedó rebotando en la cabeza. De la misma forma que para los artistas de los setenta aplicábamos la rúbrica de conceptual, para los de los dos mil utilizaremos la de emergencia, como si lo que definiera esta generación fuera un estado de precariedad, transitorio, indefinido, fluido, líquido y emergente .

Los setenta fueron los años del arte conceptual, los ochenta de la vuelta a la pintura, los dos mil de los emergentes. Pero, ¿y los noventa? Los boomeros , auténticos loseros .

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