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Exposiciones

"El hablar de los papeles y las piedras" de Pep Codó en La Galeria Canals

"El hablar de los papeles y las piedras" de Pep Codó en La Galeria Canals

En la exposición de Pep Codó en La Galería Canales de Sant Cugat del Vallés, que se podrá visitar del 3 de enero al 31 de marzo de 2023, el escultor interpreta su imaginario, fundiéndolo con la forma sorpresiva y esta simbiosis hace tangible el milagro del misterio. Acaricia la estructura ciega todavía, las texturas le susurran al oído sus secretos y ya conoce con antelación el enigma que oculta el bloque de piedra elegida. Ha estudiado por adelantado, en el silencio de su estudio, el propósito de conformar sus ideas. Al conocer el material en bruto sobre el que va a actuar, ya tiene pensada la apariencia de la metáfora. Los cantos rodan convirtiéndose en figuras cantando el enigma oculto en su interior.

La roca, sangrando su repentina soledad, le revela su núcleo más íntimo al que libere la forma que oculta. El murmullo de la roca frota las herramientas y el autor escucha atento la piedra callada, aunque en su mente, ya dibuja exactamente la forma bailando en las vetas interiores, luchando por ser liberada.

El discurso de los monolitos fríos, converge, balbuceando abstractamente, con el oficio de quien hace nacer de la nada toda una realidad poética de la muda palabra. Puede ser una luna desapareciendo en el horizonte, cáscaras que guardan el interrogante, unos guisantes descubiertos, cuerpos entre rendijas o grandes cabezas dialogando en el vacío, éstos son perfiles reconocibles. Podemos averiguarlos de un vistazo. Otros son más encriptados y difícilmente se hacen evidentes en la mirada inexperta. El ojo entrenado del sabio de las estructuras que no están todavía, las intuye, las descubre, las admira y al final les regala el lugar para que desarrollen su inmovilidad, luciendo el goteo de las letras no dichas.

También mudo es el papel, tomando en este caso el significado de algo parecido a una humilde sábana blanca secándose al sol, que gracias a su flexibilidad característica, permite la intervención del artista imprimiendo aspectos de una gestualidad más espontánea que la que le sugiere la rigidez de otros materiales primigenios. Estas intervenciones y procedimientos mutan la expresión plana de la hoja, haciendo de las superficies una sinfonía de dúctil maleabilidad, donde aparece un pedazo de las quimeras de la investigación artística de Pep Codó. Testimonio de la traza adquirida con el gesto, es esa facilidad de fragmentar pautas de movimientos conocidos aplicados a otras preciosas ficciones.

Los callados materiales se convierten en cómplices en la recreación del imaginario del escultor, con su silenciosa presencia estimulan la actitud creativa de Codó, que deja la huella sobre ellos, haciéndoles sinónimos de nuevos significados.

Porciones gemelas en las que el amanecer de ánimo creativo se expresa, cediéndoles un protagonismo equivalente a los elementos que recrea. Haciendo así de la sorda mudez de su estado un actor con voz propia, dignificando así la materia inerte.

Los velos de sombras abren el paso a la esperanza de que del cerrado silencio de los materiales parta la ilusión de un bello espejismo, nacido en manos de Codó, que seguro no dejará indiferentes a los visitantes de la muestra, contrariamente ,la expresión de Codó pide del público una implicación imaginativa, no por la carencia en ningún sentido, sino por una apreciación de su trabajo más honda y amplia que nos permita disfrutar de lo que dice, de lo que sugiere, o de lo que imaginamos a partir de la obra expuesta, que ya nos acompañará siempre, por qué las metáforas visuales o los sinónimos estéticos que creamos ya pasarán a conformar nuestro imaginario también.

Los contrastes que crea el artista, entre el material frío y mudo y la calidez de su gesto sugiriéndonos innovadoras equivalencias complacerá a los sentidos, ofreciendo un delirio donde disfrutaremos de la propuesta.
La obra expuesta es rica al destacar aspectos y obviar otros como un discurso estético complejo. Es por ello que en su contemplación hay que implicarse con el ánimo limpio de prejuicios, dejándose sorprender por relaciones entre elementos insospechadas.

Una mirada reposadamente activa, juguetona y crítica a la obra expuesta, otorga nuevas refrescantes perspectivas que con seguridad harán del gozo de disfrutarla una experiencia aliviadora de ánimos tormentosos. Una forma de bebernos las ideas relacionadas que nos sugieren sus trabajos que calmará a los sedientos y una manera de ver desde otro punto de vista conceptos ya conocidos, pero no por ello, menos merecedores de suponer un gran reto.

Podemos cabalgar los desafíos estéticos que nos propone Codó con el talante blando caracterizado por la alegría de un navegar entre estructuras de piedra o de papel que dejan atrás estelas que nos cubren de caricias o palpitar con sus interrogantes y el diálogo con las voces mudas que a pesar de su silencio, nos hablan a voces.

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